Este 23 de marzo se cumplieron 30 años del magnicidio de Luis Donaldo Colosio Murrieta, cuando el entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la presidencia de la República, realizaba campaña proselitista en la colonia Lomas Taurinas, en Tijuana, Baja California.
El atentado que ocasionó su muerte el mismo día conmocionó al país entero. Era el año de 1994, Colosio era rodeado por centenares de asistentes al mitin de campaña, cuando fue baleado a quemarropa por un hombre identificado como Mario Aburto Martínez. Este acto violento no solo truncó la vida del líder político , sino que sacudió los cimientos de la democracia mexicana y dejó una herida profunda en la sociedad.
Reconocido por su visión progresista y su compromiso con la justicia social, Luis Donaldo había despertado esperanzas en millones de mexicanos como candidato del entonces poderoso PRI. Su muerte dejó un vacío irreparable en la política nacional y marcó un punto de inflexión en la historia moderna de México.
A lo largo de estos 30 años, el asesinato de Colosio ha sido objeto de intensos debates, investigaciones y teorías conspirativas. A pesar de los esfuerzos por esclarecer los hechos, muchas preguntas siguen sin respuesta y el caso permanece como uno de los misterios más oscuros de la historia contemporánea de México.
En la sede nacional del PRI, este día rindieron guardia de honor por “un mexicano ejemplar que sirvió a su patria con entrega y dedicación”, dijeron los militantes de ese partido. Mientras que su hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, actualmente es candidato al Senado de la República, pero por Movimiento Ciudadano.
