MÉXICO- El juego de pelota en México es una tradición deportiva previa a la llegada de los españoles al territorio americano y alberga en el país más de mil 800 canchas, también conocidas como tastes por la voz nahua tlachtli, recordó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Pese a su antigüedad, esta práctica deportiva aún se ejerce en varias modalidades a lo largo del país, sobre todo en las zonas norte y centro, reveló la presidenta de la Federación Mexicana de Juegos y Deportes Autóctonos y Tradicionales, Ana Claudia Collado García.
“En la capital tenemos un descubrimiento muy importante de este juego en el Templo Mayor, dedicado al Sol y la Luna, y continúa jugándose en su modalidad de antebrazo”, compartió la especialista, de acuerdo con la UNAM.
Entre las variantes de este juego figuran la pelota mixteca y la pelota purépecha, que utiliza bastones.
“Hay una demanda para la recuperación de estos juegos y deportes tradicionales, se ha dado como fenómeno cultural en los últimos 10 años, ya no son sólo los que lo practican, sino que hay un involucramiento de la juventud y de la niñez”, estimó Collado García.
El juego de pelota forma parte de las actividades que reconoce la propia Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, por sus siglas en inglés) con potencial de desarrollar la interculturalidad, recordó la promotora.
Estas disciplinas deportivas fortalecen la reproducción social y permiten el desarrollo de una comunidad, estimó el profesor de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) Erik de Gortari Krauss.
“Es importante que se difundan, que se generen nuevos seguidores y que no se desplace su elemento ritual. Es una actividad lúdica que no tiene reglas clásicas o de género”, expresó el docente.
Además, recordó que las prácticas rituales no son privativas ni de los juegos ni de las comunidades prehispánicas, tampoco de los ámbitos religiosos.
“En todas nuestras actividades los tenemos, con símbolos, gestos, incluso ahora cuando nos saludamos con el codo o el puño”, estimó De Gortari Krauss.